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jueves, 18 de junio de 2015

Frédéric Chopin y la pieza de carácter

El terreno en el que el arte chopiniano alcanza las más altas cumbres es el del género breve para piano, la pieza de carácter. No hay que olvidar que Chopin fue uno de los principales intérpretes para piano de su tiempo. Su influencia sobre los diversos aspectos de la interpretación ha sido decisiva para el curso de la historia de la música, tanto en lo que se refiere a una ampliación de las barreras técnicas de la mera ejecución, como a la profunda transformación de los medios expresivos.

Chopin compuso tres brillantísimos Impromptus (Op. 29, 36 y 51) y una vibrante Fantasía Impromptu, Op. 66, alejados de su precedente más inmediato, Schubert, aunque conservan un cierto efecto de improvisación. 

Los Nocturnos son piezas breves, despaciosas, evocadoras de ambientes y sensaciones nocturnales, o simplemente confesiones íntimas, generalmente en forma de canción tripartita (ABA), con la sección central contrastante, cuyo creador e impulsor fue el irlandés John Field. En estas piezas, Chopin muestra su arrolladora fantasía, su riqueza melódica, su libertad creativa para alterar los moldes con espontaneidad y con sencillez. Compuso un total de veintiuno, distribuidos en varios números de catálogo. En el Op. 9, núm. 1 contrasta la dulzura y levedad de la melodía inicial con la rebeldía, inquietud y amargura, de la sección intermedia. El Op. 9, núm. 2 consiste en una elegante melodía que se va alterando y variando gradualmente. El Op. 9, núm. 3 muestra el tono humorístico e irónico, gracioso y soñador, junto al desasosiego y la duda. El Op. 15, núm. 1 se desarrolla entre la evocación y el arrebato. 

Manuscrito del Nocturno en Do # menor

El Vals es una danza en compás 3/4 cuyo origen es popular, pero que se fue estilizando a medida que la empleaban los compositores en sus obras. Los valses de Chopin siguen el modelo de "vals de concierto", alejado de la danza, y más afin al salón burgués o aristocrático. Son piezas de una gran dificultad, por los problemas de estilo, fraseo y matiz que plantean. Podemos destacar la agilidad del Vals Op. 34, núm. 3 o la tristeza contenida del Vals Op. 34, núm. 2.