Nació en la ciudad austríaca de
Salzburgo en 1756. Desde temprana edad muestra unas aptitudes
prodigiosas: una extraordinaria agudeza auditiva y una asombrosa
memoria. Su padre Leopoldo Mozart, eminente pedagogo y reputado
violinista, le proporcionó una sólida fomación musical y general.
En 1762 viajó dando conciertos en Munich y Viena. De 1763 a 1766
obtuvo un gran éxito en las cortes de toda Europa, acompañado de su
padre y de su hermana Maria Anna ("Nannerl") con la que
tocaba el piano a cuatro manos. En 1769 entra al servicio del arzobispo de
Salzburgo y realiza un viaje a Italia. Allí, con catorce años de
edad, tras escucharlo sólo dos veces, reprodujo íntegramente por
escrito el Miserere de Allegri, obra que se
interpretaba en la Capilla Sixtina de Roma y que estaba prohibido
copiar. En 1773 se encuentra de nuevo en Salzburgo y entra de nuevo
al servicio del arzobispo. En 1782 se casa con Constanza Weber. Ese
mismo año rompe definitivamente con el arzobispo y va a Viena,
donde, ayudado por algunos nobles y por el emperador, intenta ganarse
la vida libremente, al margen de toda servidumbre. Tiene varios
éxitos importantes y reveses de fortuna, pero a partir de 1790 su
economía no obtiene buenos resultados y su salud se quebranta,
muriendo prácticamente en la miseria.
El significado e importancia de la obra
mozartiana radica tanto en la perfección y el equilibrio que alcanza
entre medios y expresión, como en la apertura de nuevos territorios
creativos derivados de su afinidad con el espíritu ilustrado,
progresista y prerrevolucionario. En numerosas ocasiones se ha
destacado el carácter "prerromántico" de la personalidad
de Mozart, y son múltiples las polémicas relativas a este aspecto.
Debemos contemplar la corta vida del compositor como un proceso de
maduración, que, partiendo de la influencias de la cultura rococó,
de los consejos de Johann Christian Bach, del estilo de la escuela de
Mannheim y de la ópera italiana, culmina en una técnica muy
personal y comprometida emocionalmente, que sienta las bases para el
desarrollo de la cultura romántica.
La ingente producción mozartiana cubre
casi todos los géneros conocidos en la época: sinfonías,
divertimentos, serenatas, marchas, minuetos, danzas, sonatas,
conciertos, motetes, misas, trios, cuartetos, quintetos, lieder,
óperas, etc.