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martes, 17 de marzo de 2015

Wolfgang Amadeus Mozart (1756 - 1791)




Nació en la ciudad austríaca de Salzburgo en 1756. Desde temprana edad muestra unas aptitudes prodigiosas: una extraordinaria agudeza auditiva y una asombrosa memoria. Su padre Leopoldo Mozart, eminente pedagogo y reputado violinista, le proporcionó una sólida fomación musical y general. En 1762 viajó dando conciertos en Munich y Viena. De 1763 a 1766 obtuvo un gran éxito en las cortes de toda Europa, acompañado de su padre y de su hermana Maria Anna ("Nannerl") con la que tocaba el piano a cuatro manos. En 1769 entra al servicio del arzobispo de Salzburgo y realiza un viaje a Italia. Allí, con catorce años de edad, tras escucharlo sólo dos veces, reprodujo íntegramente por escrito el Miserere de Allegri, obra que se interpretaba en la Capilla Sixtina de Roma y que estaba prohibido copiar. En 1773 se encuentra de nuevo en Salzburgo y entra de nuevo al servicio del arzobispo. En 1782 se casa con Constanza Weber. Ese mismo año rompe definitivamente con el arzobispo y va a Viena, donde, ayudado por algunos nobles y por el emperador, intenta ganarse la vida libremente, al margen de toda servidumbre. Tiene varios éxitos importantes y reveses de fortuna, pero a partir de 1790 su economía no obtiene buenos resultados y su salud se quebranta, muriendo prácticamente en la miseria.

El significado e importancia de la obra mozartiana radica tanto en la perfección y el equilibrio que alcanza entre medios y expresión, como en la apertura de nuevos territorios creativos derivados de su afinidad con el espíritu ilustrado, progresista y prerrevolucionario. En numerosas ocasiones se ha destacado el carácter "prerromántico" de la personalidad de Mozart, y son múltiples las polémicas relativas a este aspecto. Debemos contemplar la corta vida del compositor como un proceso de maduración, que, partiendo de la influencias de la cultura rococó, de los consejos de Johann Christian Bach, del estilo de la escuela de Mannheim y de la ópera italiana, culmina en una técnica muy personal y comprometida emocionalmente, que sienta las bases para el desarrollo de la cultura romántica.

La ingente producción mozartiana cubre casi todos los géneros conocidos en la época: sinfonías, divertimentos, serenatas, marchas, minuetos, danzas, sonatas, conciertos, motetes, misas, trios, cuartetos, quintetos, lieder, óperas, etc.